20/03/2015 by Klasus
“Ver para pensar”, de Alonso Holguín F.J.
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“Ver para pensar”, de Alonso Holguín F.J.
La sociedades de animales humanos han destacado sobre otras especies en determinadas acciones culinarias: Somos de las pocas criaturas capaces de transformar alimentos para alimentarse. ¿En qué estabas pensando? ¡Ah, pájaro! ¿Te has quedado sorprendido? Pues fíjate bien cómo pueden sentirse algunos que dieron, dan y entregarán su vida por otros congéneres, si es necesario, cuando un presunto encargado de velar por la Seguridad de todos se siente… ¡perplejo! Respiro hondo, más bien jondo; cuento hasta veinte en ruso, bebo dos vasos de agua y estiro mis dedos, a fín de teclear con suavidad el dispositivo mecánico para reflejar el pensamiento que tengo en la cabeza… Disculpa, por anticipado.
El calendario de un periódico digital afirma que estamos en el año 2015. En España acaba de entrar la primavera y hemos asistido a un eclipse de sol. ¡Toma allá! ¿Será la noticia de la semana? Espera, espera, que este finde vamos a gastar un pastizal en decidir quién gobierna una comunidad autónoma del estado-sólo tenemos diecisiete- en España, esta España mía, esta España nuestra ¡ay, ay, ay! Es una de las acciones que corresponde a una sociedad democrática… como la nuestra.
Creo recordar que, aquéllos que crearon el menos malo de los sistemas de organización social humano, establecían que eran “los mejores” quienes gobernaban al resto… ¡Jajajajajajajajaja! Espera, espera, mi risa no va en referencia a ningún año presente, pasado o futuro, simplemente es una risa… irónica. Verás. En tiempos más jóvenes, cuando veíamos películas en el cine, resulta que las sociedades humanas eran dirigidas por personas fuertes, que con inteligencia guiaban por los buenos caminos al conjunto de sus iguales -en el sentido natural animal-, incluso que batallaban de forma valerosa por defender sus ideales, a su pueblo, a sus familiares…
Hay Instituciones dentro de nuestra organización del Estado, que se dedican a proteger la Libertad del resto, la Justicia que necesitan impartir para proteger los Derechos, así como otros que piensan en las normas y legislaciones que determinarán la convivencia de las criaturas, mientras algunos desestabilizan al conjunto.
Las situaciones que estamos viviendo en España, en esta España mía, en esta España nuestra ¡ay, ay, ay! nunca creí que iba a vivirlas. Menos aún que, el futuro incierto al que se está asomando nuestro país, llegue algún día a convertirse en una puta pesadilla para nuestros hijos. Hace algunos años -recuerda que estudié letras puras y las matemáticas eran una cruz para mí- un tipo apellidado Von Bismarck, alemán para más señas, decía que:
-España es el pais más fuerte del mundo, los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido.
Hace tiempo que, al conocer esta frase, manifesté mi total acuerdo con él. También, hace unos años, oí la peripecia que del Presidente de la Primera República Española. En 1873, en la reunión del Consejo de Ministro, Estanislao Figueras, a la sazón Presidente, dijo:
-Señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros.
Salió y se fue solo a pasear al Parque del Retiro. Desde allí se dirigió a Atocha, cogió un tren a París. Y a los pocos días envió un telegrama:
-Llegué bien. Estanislao.
Este tipo puede considerarse como un auténtico cobarde, ya que ante la dificultad y los problemas que acuciaban a España, huyó de sus responsabilidades. Dejó atrás los problemas, los Servicios y España, a esta España mía, a esta España nuestra ¡ay, ay, ay!
Llevamos ya un año, mejor dicho, varios años, que muchos criminales salen de la cárcel antes de cumplir sus condenas, sin haber pedido perdón a sus víctimas, ni haber colaborado con las instancias judiciales o policiales para resolver un montón de crímines que están in alvis -en blanco, sin solución o Justicia-. En este país llegó una Sentencia de un Tribunal Europeo, que no tiene nada que ver con la Unión Europea, salvo que se encuentra en territorio del continente, pero que nuestra legislación tiene reservada la aceptación y cumplimiento de sus Resoluciones y/o Sentencias.
Desde hace unos años acá, en este caso pongamos que superan en poco a la decena, los dirigentes políticos de España, de esta España mía, de esta España nuestra ¡ay, ay, ay! tienen un sentimiento condescendiente con esa gente, que fue separada de la sociedad e incluida en establecimientos de libertad regulada -CÁRCEL- para evitar que cometieran más delitos contra la vida del resto de humanos.
Según pasaban los meses, comenzaron a disfrutar de libertad más o menos continuada, hasta que llegó la dichosa Sentencia. Entonces, como comprenderás, cada encargado que había sido elegido en unos comicios -que son las actuales elecciones-, empezó a evitar ser recordado como quien firmaba acatar dicha… ¡cagada! Perdón, pero no puedo desahogarme golpeando la mesa, no sea que se despierte mi santa y me cante las cuarenta.
Salieron a la palestra, en celebrada rueda de prensa, los Ministros de Interior y Justicia. ¡Vaya papelón! Creo que hasta se echaron a cara o cruz quién era el primero en intervenir. En realidad eran tres: el último era invisible e innombrable. Verás porqué: ambos echaron la culpa al tercero sin nombrarle, sin decir su nombre y sin significar quién o qué era el susocallado -porque no hablaba al no estar presente-.
La pelota fue al teatro, que no tejado, de los hombres de las puñetas, a la sazón jueces. Mira tú que pensaba haber visto casi todo en este país nuestro, mas los dirigentes políticos siempre se revelan como unos auténticos artistas en batir récords.
Esta semana he oído que decía el actual Ministro de Justicia de España que estaba “perplejo” ante la inminente puesta en libertad del asesino de siete seres humanos, siete españoles, siete. Se llama Valentín Lasarte Oliden, el asesino me refiero. Del señor Ministro prefiero no acordarme más. Me gustaría saber si hizo la mili, si prestó algún Servicio a los ciudadanos, a sus congéneres, a su familia, donde quedara destacado su valor.
En España, en esta España mía, en esta España nuestra ¡ay, ay, ay! esta semana se nos ha revelado que uno de nuestros dirigentes está huérfano de una palabra muy castellana, muy española, muy ibérica: GÜEVOS. Si usted no se ve con fuerza de promover unas medidas legales y justas, para defender a su familia, ciudadanos residentes en España y resto de humanos o criaturas de Dios -por conjunto de todas las religiones-, de esas sus declaraciones sólo indica un lugar donde debería estar cada día, cada momento, alejado de las instituciones que deben de servir a los ciudadanos. Y ese lugar es… ¡fuera de la silla que está ocupando!
Dado que está usted dudoso, incierto, irresoluto, confuso, según la Real Academia de la Lengua Española, debería ocuparse de otras cositas en lugar de procurar Justicia. ¡Imite al señor Estanislao Figueras!
Querido lector, disculpa por algunos arranques de palabras feas o expresiones disonantes, pero me llevo una semana reprimiendo de decir ciertas cosas. Gracias por llegar al final de este texto. El próximo será… diferente, espero.
