14/07/2015 by Klasus
“La aventura es fundamental”, de Alonso Holguín F.J.
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“La aventura es fundamental”, de Alonso Holguín F.J.
Me decía el otro día mi amiga Natalia que una criatura humana tenía miedo… ¿y eso es malo? Pues no, no es malo. ¿Dolor? No hay. ¿Miedo? Es bueno y aconsejable. ¡Va por ello!
La edad se determina cuando, al pasar junto a unos niños, te piden la hora diciéndote:
-Perdón, señor.
Y los treinta y tantos años caen más deprisa de lo que te imaginas. Sin hacer falta ver la edad que dice el Documento Nacional de Identidad, pese a tener un desfase de quince a veinte años con la edad mental o pasional. A todos nos ha llegado el momento de afrontar algo en la vida. Parece que algunos tienen que empezar una aventura dos o más veces. Bien por ellos. En Estados Unidos, país de las oportunidades, suelen tener más oportunidades de negocio aquellos que tienen proyecto tras proyecto, a poco que se consideren viables. El reto es comenzar, no parar, y mucho menos detenerse en la mínima dificultad.
He revisado mi ficha de años atrás. Parece que fuera ayer, cuando conocía a un tipo de origen español, nacimiento francés y un corazón muy bonito, aunque en un envoltorio algo peculiar. Ángel Aquilino es su nombre. ¡Sería la leche que leyera este recuerdo! Aprendí muchas técnicas, tácticas y formas de andar en el mundo… su mejor enseñanza es el miedo. Sí, querido, el mismísimo miedo. ¿Flipas? La suerte acompaña a la mente preparada.
El temor a una situación, a algo desconocido, al comienzo de un sucedido es como… empezar un día. Cuando despiertas en un nuevo día no sabes con certeza cómo van a ocurrir las cosas, no sabes cómo va a ir tus momentos, ni sabes si llegarás a casa más contento o menos. Quizá, si eres una criatura que planifica algo, puedas saber el menú de tu casa. Pero no de manera efectiva, ya que las salsas siempre llevan diferente cantidad de sal, de aceite las ensaladas, de tomate algunos guisos y de azúcar algunos postres.
Las personas valientes, como por ejemplo Natalia, que cuenta con una acción señalada y demostrada en su Hoja de Servicios, tenemos miedo. La certeza de conocer cómo llega esa sensación provoca que tengamos recursos para superar algunos de los retos más duros de la especie humana. ¿Osados? Lo justo, criatura, lo mínimo imprescindible para saber dónde está el límite para no sobrepasar la valentía y que llegue la consideración de la temeridad. Quizá la palabra sería atrevimiento… porque nos gusta la aventura, encanta la vida, queremos descubrir lo desconocido, necesitamos cada día despertar para saber qué hace esa otra mitad del mundo mientras hemos plegado el ojo… aunque Julián, otro maestro sobre el que disertaré otro día, opinaba que:
-… necesidades fisiológicas, dormir y comer son vicios que deberían de desaparecer cuando estamos currando -en realidad hablaba de evacuar elementos pesados por la parte final de la espalda, pero por si hay fisnos…
El miedo es la sensación que nos mantiene vivos a los humanos. Básicamente nos impulsa a realizar acciones que, sin las precauciones que nos da ese respeto, pudiera acabar con nuestra vida, de forma accidental o incidental, que de todo hay. Andar en bicicleta, por ejemplo, es algo ya muy típico en nuestras edades. Si no apreciáramos la necesidad de tocar el freno cuando llega una curva, para hacer el trazado sin salir del camino, seríamos conscientemente temerarios.
Parece que montamos en moto los tres. Frenas en la curva antes de inclinarte… ¿recuerdas cómo derrapaba Kevin Schwantz? Un maestro tomando las curvas derrapando… Espera, ¿has visto cómo derrapa Il Doctore Valentino Rossi, Daniel Pedrosa, Jorge Lorenzo o Márquez? Ellos tienen miedo; es diferente estar acojonado. El acojone te impide afrontar una situación, una realidad, un presente y un futuro.
Por ello, queridos, os recomiendo tener miedo en tal cantidad que podáis levantaros para afronarlo una y mil veces. Somos españoles. Cuando una dificultad se presenta, cuando llega algo desconocido… ¡ni un paso atrás… ni para coger carrerilla! Después, una vez conocido y vencido… nos tomamos un buen vino de… ¡Cigales!
