Enorme Julio

La lucha del enorme Julio contra las matemáticas inexactas

«Las matemáticas son inexactas dentro del Servicio», y deberían ser para la lucha de Julio. Así se expresaba D. Julián —un maestro del Servicio de Información, a quien tanto debe España— hace unos años, cuando afirmaba que, «al menos en nuestro curro, sumar dos y dos conllevaba una cifra superior o inferior a cuatro». Como alumno en esa especialidad, tengo muy presente esa afirmación a lo largo de la vida. Hay ciencias inexactas, como la medicina. Esa ciencia se ocupa de la salud de las criaturas, individuos; algunos hijos de Dios, otros cuyo padre es ciertamente desconocido, en base a las defecaciones de esa descendencia. Ruego disculpen si las teclas reflejan alguna palabra mal sonante, producto de la rabia.

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Latido

El latido de un feto se ha convertido en un peligro para España y los españoles

La vida es el bien más preciado del ser humano. En los tiempos actuales de este hermoso país llamado España, defender el futuro se considera un peligro, una afrenta insalvable, un insulto para la ideología de extrema izquierda que gobierna. Y, según las penúltimas declaraciones de los elementos del medio ?ni en el centro están?, un atentado contra la libertad de las mujeres. Ojo, de todas las mujeres, aunque se otorguen la representación del “colectivo” cuatro niñatas, mayormente “pijiprogres”, cuyo único trabajo conocido es haber retozado en diversos planos con compañeros de partido.

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Normalidad

La nueva normalidad es apoyar a ETA

La normalidad es una mierda. Así, sin tapujos ni tonterías. Es un hecho documentado en la actualidad. El derecho de reunión es uno de los fundamentos en democracia, al igual que el respeto a los derechos del resto de ciudadanos, comenzando por el bien esencial de todas las criaturas humanas: la vida. ¿Qué ha pasado en este hermoso país llamado España?

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Silencio

El tremendo silencio de la actual vida

España es un hermoso país, donde los ciudadanos gustamos de ser bastante bullangueros. La fiesta, como elemento característico de nuestra cultura, necesita música, baile, cante o simplemente tararear melodías en voz más o menos alta. Hasta hace año y medio, aproximadamente. Ahora, lo más atronador, es el silencio.

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