Normalidad

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La nueva normalidad es apoyar a ETA

La normalidad es una mierda. Así, sin tapujos ni tonterías. Es un hecho documentado en la actualidad. El derecho de reunión es uno de los fundamentos en democracia, al igual que el respeto a los derechos del resto de ciudadanos, comenzando por el bien esencial de todas las criaturas humanas: la vida. ¿Qué ha pasado en este hermoso país llamado España?

En estos días tan tristes de la tercera década del siglo XXI, unos compañeros y amigos decidimos colaborar con las buenas gentes de Ucrania. Ese país invadido por Rusia en base a los argumentos más que peregrinos: borrachos, alcohólicos, dirigentes drogadictos y nazis que gobiernan en Ucrania. Vladimir Putin argumentó la invasión, ataque militar y asesinatos de ucranianos de esa manera.

Las necesidades básicas tienen carácter urgente. Al menos, aquellas que podamos reunir la población civil: alimentos y productos de primera necesidad. Un listado. Buscamos lugar, fecha y hora. Momento del trámite legal.

Legal

Provenimos de formación, profesión y espíritu policial. Además de un conjunto con buenas costumbres para respetar a los demás, código penal, ley de enjuiciamiento criminal y reglamentos amparados bajo el espíritu de la Constitución Española de 1978. Alejados de guarros y sin vergüenzas, malandrines y delincuentes; muchas veces estuvimos enfrente de ellos y algunos continúan. Por ello, comunicamos dicha intención a la Delegación del Gobierno.

Gracias a la tecnología —algo bueno han de tener los avances—, obtuvimos la firma digital de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Un carnet, representación, identificación ante el mayor de los sistemas de los ciudadanos ante las administraciones: Agencia Tributaria. Utilizando ese archivo, se pueden realizar muchos trámites, incluida la comunicación de una concentración.

Ministerio del Interior

El ministerio de Interior tuvo una idea única, más que genial. Antes, a la hora de efectuar la comunicación, nos devanábamos los sesos para escribir y meter poco la pata en terminología legal. Ahora son formularios. Eso agiliza el trámite y ayuda al espíritu en mantener el sosiego. Del subidón, comienza el rallie.

Participantes aproximados, CIF y denominación de la Asociación y persona en representación. Preguntas fáciles, sencillas de consultar. «Que no sea por papeles». La primera casilla a rellenar es categoría de la reunión. Aparecen varios epígrafes ordenados por orden alfabético. ¡Maldita sea! La primera es: Apoyo a ETA – Libertad de presos.

Llega el rejón, el trompazo en el estómago, patada en los «güevos». Sí, exacto. Ordenado por lista alfabética sugieren varios motivos. «Hay suerte, menos mal». Es el único epígrafe sugerido como apoyo a delincuentes; los peores malas bestias de la especie humana. Quedan fuera pederastas, violadores, maltratadores, parricidas, infanticidas, genocidas, traficantes de droga, entre otros, de momento. ¿Será por la diferencia en el trato recibido por Instituciones Penitenciarias?

Legalidad

Una buena amiga, de las mejores, abogada del estado, inteligente y con un gran corazón, se preguntaba «¿cómo se les ha pasado eso a los ”míos”?». Se contestó ella sola. «Corren los nuevos tiempos de la ”normalidad”».

La «normalidad» es una mierda. Me reafirmo y repito. Una «puta» mierda, con permiso. El gobierno negocia con los amigos de los etarras. Esos asesinos que campan por España, determinando la política nacional con sus escasos diputados. Representación en las instituciones que los partidos se negaron a perseguir en una nueva «normalidad» anterior. Han pervertido tanto a la bastarda izquierda que, especialmente los medios de comunicación apesebrados, ven mejor pactar con un partido donde se incluya el último jefe militar de ETA detenido, que a una víctima del terrorismo, a quien bastardos terroristas secuestraron en un agujero 532 días.

Clandestinidad

Lucen con muecas sonrientes esa pacífica falsedad de una derrota victoriosa para ETA. Son tan miserables que, a la menor oportunidad, nos endilgan una nueva humillación. Esta vez mediante un formulario. Cada día estamos más cerca de pasar a la clandestinidad. El precio de vivir muerto tras un atentado es alto, demasiado alto, en esta «normalidad» de mierda.

Fuente: este artículo se publicó en El Español.

El ejemplo es este video, donde se recogen las pruebas del bastardo derecho a apoyar a ETA… como “normalidad”.

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