La muerte es una putada

En el funeral, parabienes de la Administración a la viuda e inmediato olvido

La muerte es una putada. Este sería el final ideal para un artículo, reflexión, negro sobre blanco en papel –no es racismo–, tras rememorar el día después del fallecimiento de un guardia civil. Pasar el trago –por segunda vez– se antoja duro; más dura es la muerte, porque resulta una mierda, cabronada, inmensa putada en este hermoso país llamado España.

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