La muerte es una putada

En el funeral, parabienes de la Administración a la viuda e inmediato olvido

La muerte es una putada. Este sería el final ideal para un artículo, reflexión, negro sobre blanco en papel –no es racismo–, tras rememorar el día después del fallecimiento de un guardia civil. Pasar el trago –por segunda vez– se antoja duro; más dura es la muerte, porque resulta una mierda, cabronada, inmensa putada en este hermoso país llamado España.

• • •

Enorme Julio

La lucha del enorme Julio contra las matemáticas inexactas

«Las matemáticas son inexactas dentro del Servicio», y deberían ser para la lucha de Julio. Así se expresaba D. Julián —un maestro del Servicio de Información, a quien tanto debe España— hace unos años, cuando afirmaba que, «al menos en nuestro curro, sumar dos y dos conllevaba una cifra superior o inferior a cuatro». Como alumno en esa especialidad, tengo muy presente esa afirmación a lo largo de la vida. Hay ciencias inexactas, como la medicina. Esa ciencia se ocupa de la salud de las criaturas, individuos; algunos hijos de Dios, otros cuyo padre es ciertamente desconocido, en base a las defecaciones de esa descendencia. Ruego disculpen si las teclas reflejan alguna palabra mal sonante, producto de la rabia.

• • •