“Alma llena de costuras” por Zurdo

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Costuras en el alma por D. Manuel Matías Fernández Zurdo

Somos la envidia de muchas personas de este planeta, en concreto de este hermoso país llamado España: conocemos a Don Manuel Matías Fernández Zurdo. ¿Quién es? Te voy a dar unas cuantas pistas. ¡Atentos!

Manolo, Lolo, Zurdo, es una buena persona que ingresó con 20 años en la Guardia Civil. Ese es un pequeño resumen de su vida, al cual he de añadir varios aspectos muy importantes. Se fue a plantar cara al terrorismo de ETA al norte de España en los años de plomo, a mediados de los años 80 del siglo pasado. ¿Os parece muy lejos? El tiempo cura casi todo, menos el recuerdo de las heridas sufridas en el alma. Esas costuras permanecen imborrables en todas las criaturas.

Lolo es católico, apostólico y de «tráfico». Sus creencias religiosas siempre acompañan en el día a día. Un gran fervor religioso a la Virgen del Pilar, como muchos compañeros. Por ello, es apostólico en la creencia de la iglesia de Roma. Igual el personal ajeno desconoce que, el término «romano» en la Benemérita, es un cariñoso apelativo al servicio rural, donde también estuvo Manolo. Ahora bien, en cuanto ingresó en la especialidad de la Agrupación de Tráfico, Zurdo encontró su sitio en la profesión: motorista de tráfico.

Motorista

Las enormes máquinas de dos ruedas a motor constituyen una de las más desagradables especialidades de la «empresa». Recuerdo cuando años atrás los agentes de tráfico no descansaban los fines de semana ni en puente festivo, ya que el mayor volumen de tráfico se produce en esas fechas. Las inclemencias del tiempo caen sobre sus chaquetas de manera inmisericorde. Los uniformes y material iban muy por detrás de la evolución técnica. Ahora, gracias a Dios y a los avances, tienen una duración vital impresionante. Vehículos con más de 300.000 kilómetros son muy frecuentes.

Ellos controlan la circulación, echan horas y horas en las carreteras. Su presencia nos recuerda el límite de velocidad, así como el resto de normativa del Reglamento General de Circulación. Sí, también notifican por escrito cuando alguien ignora el articulado y acuden en auxilio de averías y accidentes, sin importar que las víctimas sean contrarios a la ley o se presten a insultar a los compañeros.Manuel Matías Fernández Zurdo.

D. Manuel Matías Fernández Zurdo (DEP)

Zurdo es un hombre de carretera. Un «pies negros» de las horas que pisaban el asfalto, sin importar frío o calor; esa temperatura derretía el asfalto bajo las botas altas de piel, emblema de los motoristas hace unos años. Tal cariño tiene a circular que, las cuatro paredes, suelo y techo de una habitación son un peso insalvable para él. De hecho necesita mirar hacia arriba para ver el cielo, para sentirse libre, para ser más humano si cabe.

He sido testigo de su destreza motera. Recuerdo mi primera ruta en su compañía:

—El artículo 173, apartado V-20, lo deja muy claro —dijo en una conversación.

Pues bien, personalmente ese Reglamento lo tengo presente de manera “peregrina”: plena consciencia de su existencia e igualmente desconozco en profundidad cada epígrafe. Cuando llegué a casa, busqué y hallé que, ese artículo y apartado, existían tal y como dijo, además de la perfecta redacción del mismo, que Zurdo cantó”.

Motero

A muchos nos gusta circular detrás de compañeros como Zurdo en rutas moteras de COPS A.P.M., nuestra asociación: espalda, recta; atento a las señales, variaciones, curvas, rectas, cruces e intersecciones, así como cualquier incidencia del grupo. Es una verdadera pasada; aprendemos sobre la marcha. Además, cuando paramos, se comenta cada tramo, unas risas y consejos de los más sabios, como Zurdo, por ejemplo. Presume de pelo, pelazo: al guardar el casco de la moto en el cofre, coge un peine y dispone ordenadamente su cabello.

Marido, padre y abuelo

Comparte la pasión por las dos ruedas con Mari Carmen, su esposa. Una mujer buena, sencilla, de buen trato, conversación, educación, detallista con todos los amigos, que somos legión. Su nieta produjo un pequeño cambio en su vida. Ahora doble cuadrante: servicio y familia. No os podéis ni imaginar cómo hablaba de su nieta; bueno, sí, quienes sean padres y abuelos lo saben. Así, de esa manera, nos cuenta como reía la niña de sus ojos y de los nuestros.

Vuestro y nuestro Manolo, Lolo, Zurdo, hace unas semanas ingresó en el hospital: el “bicho” COVID-19 había entrado en su cuerpo. Sin patologías previas, se dispuso a afrontar un reto duro. Mari Carmen nos comentaba a diario la evolución, su lucha, la nuestra y vuestra, porque todos estamos ahí, con él, con ellos, con todos. Los médicos tuvieron que entubar para que respirara mejor. Insuficiente. Siguiente paso, poner boca abajo para aliviar presión y favorecer a sus pulmones.

El día 4 de abril su cuerpo dijo basta. Manolo, Lolo, Zurdo, dejó todo “atado y bien atado” en la Tierra y se fue al cielo con Don César Rebollo, otro amigo nuestro a quien Dios había llamado a su presencia con un año de diferencia. Permanecen con vosotros y nosotros. Hemos conocido a un hombre bueno, muy bueno, difícil de igualar. Anotamos una cicatriz más en el alma llena de costuras.

Artículo publicado en El Español

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