16/02/2015 by Klasus
“Y siguen pasando los años…”, de Alonso Holguín F.J.
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“Y siguen pasando los años…”, de Alonso Holguín F.J.
El transcurrir de la vida está medido en una escala horaria por los humanos, cuyo reflejo es una hoja o conjunto de ellas a modo de calendario. Dependiendo de los orígenes, historia y creencias, algunas partes del planeta llegan a una cifra de años dispar con otras.
Es el recorrido de la existencia algo que se refleja en diferentes medios, más o menos rudimentarios, poco o mucho avanzados, según discurre la historia. Los soportes usados son un recordatorio de los hechos que han marcado cada época de los humanos en el planeta Tierra. Decía San Juan Pablo II: “Recordar el pasado es comprometerse con el futuro”. También es síntoma de no cometer errores, característica propia del animal bípedo, sin plumas y cuya cabeza sirve más bien para ser adornada con una buena gorra, gafas o con peinados en diversos colores, longitudes o ausencias.
Hace poco se cumplía el aniversario de uno de los horrores de mayor calado que tuvo nuestra civilización. Es habitual que recordemos cada año ese hecho. Esta vez, una amiga del alma, se ha desplazado para visitar un lugar donde algunos humanos ingeniaron terribles actos… unos días antes pude oír el relato de un amigo periodista que hizo la misma peregrinación, ya que el ama quedaba encogida con su relato.
Allí, en el norte, un grupo de gente -por generalizar y no decir palabrotas, aunque las piense- decidieron acabar con varios grupos de sus congéneres de especie animal, tras gana unas elecciones de su país, que algunos llaman democracia. ¡Qué paradoja decir que es el sistema menos malo de organización política de un Estado! Permite la licencia, ya que hay algunos que entregan ese adjetivo a otros donde, en Democracia, manda sólo uno, y se molestan al titularse Dictadura.
Decía que, tras llegar al poder, comenzaron a perseguir a otros humanos con el falso argumento de no ser de la misma raza, de diferente ideología, religión,… así, en lugar de encontrar las semejanzas, buscaron diferencias para eliminar la existencia a otros convecinos de planeta, país, provincia, población, barrio, casa… Es más, sus creencias estaban tan perturbadas por un odio bastardo, que cruzaron las fronteras políticas para imponer su razón a otras naciones, a otros pueblos, persiguiendo a sus habitantes, eliminando a quien encontraba a su paso. Por si acaso te turba el hacer cuentas, o eres víctima de la penúltima o anterior reforma educativa en España, estoy hablando de hechos del siglo 20. Permite también que escriba la numeración de forma más simpática, ya que si pongo XX a lo mejor te lías con los romanos u otras cosas más tendentes a cuestionas carnales. Retomo.
Los tremendos errores se cometieron durante un periodo de tiempo, que a muchos pareció largo, en tanto que q otros parece infinito aún hoy. La eliminación sistemática fue uno de sus principios. Comenzaron con pequeñas acciones, dado que el resto de la civilización permitía esos hechos o no prestaba toda la atención precisa, y el régimen comenzó a expandirse. Otros perturbados imitaron el modelo que se implantaba. Sin ser legal a al vida, sin tener razón suficiente, siendo una tragedia inmediata, se expandió por otras partes del planeta… Todavía hoy algunos de sus autores, cómplices, encubridores o entusiastas de sus acciones, siguen sin cumplir con uno de los deberes fundamentales: reparar el daño causado o, al menos, intentarlo.
Ya no hace falta recorrer miles de kilómetros para descubrir los resultados de la barbarie, no. Aunque es bueno que se recuerde cómo llegó a destruirse los Principios Fundamentales de una cultura de respeto al ser humano: la vida.
Aquí, en nuestro país, en España, lugar de nuestros orígenes, puede recorrer muchas calles, donde otrora caminaba gente que, por ese interés bastardo, unos semejantes asesinaban a otros. Al conocer un poco la historia de la Democracia en España, donde conciudadanos fueron asesinados simplemente por ser Policías Nacionales, Municipales, Autonómicos, Guardias Civiles, Militares, Jueces, Fiscales, Catedráticos, Políticos, caminantes por la zona -me abstengo de llamar “daños colaterales” a un ser humano-,… o simplemente familiares de ellos. Aquí recuerdo llorando yo mismo, a los hijos de los Guardias Civiles asesinados en las Casas Cuarteles de Zaragoza, Vic o Santa Pola por poner un ejemplo.
El sentimiento de la tragedia nos acompaña a las víctimas directas todos los días de nuestra vida. Condiciona el proyecto vital de cada individuo, además de implicar muchos cambios en la familia que nos rodea. Los profesionales que hemos luchado contra el terrorismo de manera activa, ayudando al resto de población, socorriendo o previniendo hechos delictivos, sabemos muchos de los nombres y apellidos de los asesinos. Incluso cuando caminamos por Madrid nos trae la memoria los cuerpos destrozados de los jóvenes Guardias Civiles en prácticas que un coche bomba estalló en la Plaza de la República Dominicana, activado por un elemento que ahora disfruta de una residencia en el paraíso tropical de Venezuela, cobijado por su gobierno…
Si bien en Alemania ocurrió un Holocausto contra ciudadanos por motivo de su ideología, creencia, forma de vida, etnia o características propias,… que todo el Universo reconoce, los asesinatos, acciones terroristas y resto de hechos protagonizados por las bandas terroristas en España -ETA entre ellas-, durante los últimos cincuenta años, aún no son contemplados por muchos países como tal, además de por algunos ciudadanos de nuestro país.
Me atrevo a decir, con tu permiso, que en España siempre gustó más lo forastero que lo hogareño. Sin embargo, aún conservo la esperanza de poder decir que en España se hace Justicia con sus muertos, con aquellos que dieron la vida para que otros pudieran criticarlos con el argumento de la palabra como arma, como única arma.
Necesitamos tu apoyo para que no se repitan estos hechos: recordar el pasado será fundamental para no repetir hechos en el futuro…
En España también