Queda menos

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La verdad del 11M está cerca; queda menos.

Dieciocho años, 18 palotes, mayoría de edad en España y queda menos. Queda menos porque algunos no perdemos la esperanza. Seremos cabezones, no lo duden; perseveramos en la fe, que nunca falte ni nos falle. Quizá sea una educación católica, apostólica y romana, basada en la confianza en la familia y en la bondad del ser humano; a pesar de sentirnos rodeados de mala gente, la peor, en los diferentes gobiernos. Sin embargo, aquí estamos. Día a día, semana a semana, año a año, solicitando y esperando conocer la verdad, que despeje aquellos «agujeros negros» del atentado terrorista más grave en la historia de España y de Europa: Santa Eugenia, El Pozo, Téllez, estación de Atocha, trenes de Cercanías en Madrid. 11 de marzo de 2004.

Hubo un tiempo de confianza en las promesas de tipos serios, estirados, formados y leídos, viajados; oposiciones aprobadas y vestidos en negro, puñetas en la bocamanga y collares cuan sumilleres, quienes miraban fijamente a los ojos y mentían. Uno dijo «España no está preparada para saber la verdad». ¡Qué tío! ¡Gracias por decidir si estamos o no preparados! ¿Queda menos?

Engaños

A diferencia de esos fulanos, quienes sacan brillo con su culo a sillones en cuero tapizado, quedamos la gente de a pie; infantería y camineros de la senda en tierra o vía férrea, como es el caso. Quienes vimos a personas heridas, amputadas, fallecidas; subíamos a los vagones, cruzábamos andenes con cuerpos cargados sobre bancos de hierro, arrancados a modo de camilla. Y volvíamos a entrar a la estación, andén, vías, vagón; nunca dudamos en dejarnos la piel y el recuerdo, presente y futuro, intentando sostener su vida aquí, a nuestro lado. Unas veces con éxito, otras nos vencieron. Nunca cedimos nuestro empeño. Sin alzar la voz, alma encogida, piloto automático intentando olvidar los sentimientos y rescatar vidas, esperanzas, sueños. Ahogado por sollozos. Silencio; algún grito bajo asientos y papeleras convertidos en cárceles de cuerpos; móviles sonaban, nadie contestaba. Sin saber qué había ocurrido en concreto. «Huele a pólvora o similar, como si hubieran disparado o explosionado algo». No eras técnico para conocer el explosivo. «Porque ha explotado algo. Vagones reventados, como latas de sardinas. Se diferencia de un accidente».

Arma del crimen

¿Poco importaba el explosivo utilizado? Mentían y mintieron y mienten en la actualidad. Se precisa conocer el arma del crimen para intentar localizar al autor, autores y a los «guarros» que planificaron el mayor atentado de Europa. De ahí en adelante, todo se caería por su propio peso, salvo acuerdo de los poderes del estado. De España. ¿Recordáis cuando encontraron uno de los vagones oculto en un almacén de RENFE? Cadena de custodia inválida; entendido, comprendido, nítido. ¡Qué diferencia con una mochila viajera! Del escenario de los atentados al Ifema; de allí a la comisaría de Vallecas. ¿Cadena de custodia? Llegó un fiscal general del estado, apasionado de películas y melómano, levantó la alfombra e hizo circular al vagón con viento fresco. Ya enterraron 192 asesinatos y miles de heridos. Nos jodieron.

Gobiernos

Ni José Luis ni Mariano, mucho menos Pedro, merecen la confianza que les fue entregada para dirigir este país. Ninguno de ellos hizo todo lo que tenía en su mano, salvo provecho propio. Se olvidaron de buscar y hallar la verdad, resolver las dudas, tremendos enigmas que serían dignos de investigación.

La actualidad es peor de lo imaginado. A caballo y lomos de mentiras, traidores, separatistas y terroristas, las riendas de la mentira guían el gobierno. Es tan sumamente asqueroso que, en la página de comunicación de una concentración a la Delegación del Gobierno, la primera opción es: «Apoyo a ETA – Libertad de presos». ¿Cómo hemos llegado a esta mierda?

Comando Gañote

La ambición del peor gobierno en el peor momento. Avaricia por viajar de gañote, disfrutar de vacaciones pagadas en palacetes, vivir en casoplones, alejar al pueblo de su caminar en la calle. Declarar gastos y acompañantes «secreto de estado». —¡De «estrado» debería ser!—. Ni pasear pueden entre nosotros. Endiosados, estrellitas de medio pelo, que nunca irían más allá de presidir una comunidad de vecinos, si vivieran en una y como consecuencia del turno rotatorio.

Superamos la pandemia; muchos españoles quedaron en el camino, enterrados e incinerados sin contabilizar su fallecimiento correctamente. Llegó la invasión de Ucrania por Rusia. Flojeó el gobierno; unos en contra de los otros. Ninguno tiene los «güevos» para dimitir por estar en contra de la decisión de un consejo dividido. ¿Quién pensaba en una respuesta coherente de nuestro gobierno junto con los otros aliados de OTAN y Unión Europea para evitar el asesinato y la invasión de Ucrania? Esto no iba a ser diferente. Nos joderán otra vez. No espabilamos. ¿Seguro?

Rendirse no es una opción

Si piensan que voy a rendirme, pillen una silla y reposen cómodamente. Rendirse no es una opción. Ya lo dije hace años. Queda menos para saber la verdad del 11M.

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