“Crónica de un hurto anunciado”, por Oscar Dueñas Porqueras

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Análisis del partido celebrado entre el Levante y el Real Valladolid.

A veces es más que difícil expresar en unas líneas el resumen de algún acontecimiento en el que participan factores que varían tus sentimientos. Eso quizá me ocurre hoy, al tratar de resumir de forma objetiva el partido correspondiente a la primera jornada de la segunda vuelta del campeonato liguero de la Primera División.

Se enfrentaban el Levante y el Real Valladolid en la tarde del domingo, tras una semana de emociones fuertes hacia la nueva tecnología instalada esta temporada: el V.A.R. Dos líneas bien distintas de protesta; la de un Levante que había confeccionado un comunicado dirigido al Comité Técnico de Árbitros, mientras que la línea de los pucelanos es la de mostrar el descontento sin levantar demasiado revuelo. ¿Cuál es la mejor forma para evitar que te sigan perjudicando? No lo sé, pero visto lo visto, como se suele decir, el que no llora no mama y así lo demuestran las imágenes.

El Pucela cambiaba su formación, con la entrada de Borja y Míchel en el medio campo en detrimento del sancionado Alcaraz y de Anuar, lo que denotaba que íbamos a tratar de romper la línea de 5 defensas del Levante con una línea de 5 medios en ataque. 

La primera parte el Real Valladolid no estuvo demasiado mal, en ataque se generó mucho más que en Mestalla pero esto era insuficiente para contrarrestar el dominio del equipo granota que tuvo varias ocasiones para adelantarse en el marcador, con centros laterales que acababan con remates de los carrileros contrarios. La más clara del Levante la tuvo Borja Mayoral, pero no estuvo acertado. Ya que he mencionado al jugador cedido por el Real Madrid, quiero hacer un inciso. Quizá para muchos haya pasado desapercibido pero en el minuto 25, creo recordar, Calero le tira un caño a Mayoral y, éste, pasados unos minutos le hace una entrada a destiempo de clara tarjeta que, a día de hoy, me sigo preguntando por qué no se la muestran. Para más inri, a Ünal le saca una tarjeta amarilla en una falta de que no es, y a Antoñito le muestra la amarilla por una falta similar a la del canterano madridista. ¿Error de interpretación? ¿Diferencia de criterio según la camiseta?

En una falta lateral es dónde el Levante va a adelantarse en el marcador gracias al cabezazo de Coke, al que nada puede hacer Masip. Quizá alguno pensara que es injusto pero en mi opinión, el resultado era justo dado el escaso potencial ofensivo desplegado por los pucelanos hasta ese momento, que podemos resumirlo en una llegada de Plano con un tiro desde la frontal del área. Pero a veces, el fútbol, te da la oportunidad de subirte al tren en marcha aunque en este caso, nuestro pasajero es, con todos los respetos, algo cojo. Balón que deja Toni Villa dentro del área con el pecho para Ünal y que éste se encarga de mandar fuera del estadio. No pienso valorar más al turco, su trabajo para mí ya es insuficiente y su escasa aportación en goles es más que preocupante.

La segunda parte comenzó con la jugada del año. Falta lateral que despeja la zaga levantina y que remacha Plano con un disparo potente que no puede despejar Oier ya que no ve salir el balón por la acumulación de jugadores de AMBOS EQUIPOS en el área. Gol legal salvo para un árbitro canario, Hernández Hernández, (que a día de hoy no se si sabe señalar un saque de banda) que se encontraba en Las Rozas y que, junto con el señor de amarillo, de un apellido algo cómico, Jaime Latre, se encargaban de anular por fuera de juego posicional del turco Ünal después de estar durante más de 5 minutos buscando una toma vergonzosa de la televisión para poder anular el gol pucelano. Les invito a ver la imagen del V.A.R. donde el balón ni siquiera está en el pie de Plano por lo que la imagen, de base, es inválida.

El resto del partido se resume en la incapacidad del Pucela de conseguir el gol, mientras que en una de las contras que tuvieron los locales, el ex Roger Martí anotaba el 2-0 que finiquitaba el partido. La celebración la dejo para analizar en otra ocasión.

Vergüenza, desesperación, rabia, impotencia, cabreo son algunas de las palabras que puedo escribir que salieron por mi boca el domingo. Esta situación con el V.A.R. tiene que acabar y para ello hay que, como afición, estar con la plantilla, cuerpo técnico, dirección deportiva y el domingo contra el Celta de Vigo “sacar tarjeta roja” a un sistema corrompido y que siempre, en estas 20 jornadas, ha seguido favoreciendo a los grandes.

Y es que, por mucho que les duela…. NOS VAMOS A SAL V.A.R.

¡AUPA PUCELA!

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