Idioma de Su Sanchidad

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Su Sanchidad habla en un idioma diferente para el conjunto de españoles

La importancia del conocimiento del idioma se erige como una asignatura fundamental en estos turbulentos momentos de nuestra hermosa nación llamada España. Se busca que los jóvenes adquieran competencia en el inglés como primera opción, seguido del alemán o el francés, y algunos más audaces se aventuran con el chino, japonés y/o árabe. Sin embargo, la verdadera asignatura pendiente para todos es el idioma utilizado por Pedro Sánchez Pérez–Castejón y su séquito; y cuando digo “idioma”, me refiero correctamente a “pestes”, porque han traído el peor mal posible para un estado: el intento de desintegración de España. Al menos, por el momento, solo ha sido un intento.

Mayo de 2020

El 25 de mayo de 2020, el Ministerio de Sanidad, con un sonriente Pedro Sánchez a la cabeza, lanzó la campaña “Salimos más fuertes”. Carteles, anuncios en televisión, radio, prensa impresa, digital, redes sociales, discursos de Su Sanchidad con bombos y platillos para martillearnos con ese lema maldito: “Salimos más fuertes”.

Durante esos meses, muchas familias perdieron seres queridos; aquellos que aún contábamos bajas diarias, entre amigos y compañeros, tuvimos que soportar esos lemas tan ingeniosos, tan propios de un coach barato, sin tener en cuenta nuestros sentimientos. Ocultaron la cifra de fallecidos por el virus COVID–19, atribuyendo muertes a otras enfermedades que se vieron potenciadas por el dichoso virus originado en China. ¡Ay, palabra prohibida!

¿Prohibida? Permítanme tomar una licencia, el origen del COVID–19 es como un pedo: aquel que primero lo huele, debajo lo tiene. Reconocer que se mantuvieron callados –callados como tumbas– y se beneficiaron de todos los elementos de protección fabricados en su territorio. ¿Fueron los únicos beneficiados?

Gestión Ábalos

Las últimas noticias sobre las facturas de organismos oficiales revelan importantes deficiencias en la gestión. Un individuo corpulento, fuerte, del norte, aizkolari –cortador de troncos con hacha en competiciones deportivas en algunas provincias del norte de España–, portero de un bar con luces intermitentes –aún por confirmar si era un lupanar o un “puticlub” tradicional–, al parecer también hizo de escolta, llegó a Madrid para encargarse de los asuntos diarios del ministro José Luis Ábalos Meco; Ábalos, que en ese momento era el “general” secretario de organización del PSOE entre 2017 y 2021. José Luis, conocedor de todos los entresijos, de los cargos y candidatos a nivel nacional y autonómico, la mano derecha e izquierda del presidente del gobierno y jefazo del partido. Ese individuo, Koldo García Izaguirre, saltó a la escena tras ser detenido a finales de febrero de 2024.

La trama “Koldo” se centra en la importación por parte de diferentes ministerios y comunidades autónomas –hasta el momento– de material de protección desde China. Se habla de mascarillas, batas, hisopos e incluso de la presunta falsificación de certificados COVID–19 para obtener autorizaciones de viaje y movilidad. Al parecer, el buen Koldo no tenía ninguna iniciativa empresarial por su cuenta. De pasar de eso a gestionar contactos con una línea aérea y fabricantes chinos es “un pequeño paso para el hombre y un gran paso para el socialismo”, por así decirlo.

Unidad Central Operativa (UCO)

Hay pocos datos disponibles para el público, proporcionados por la Audiencia Nacional. No, no es un tribunal cualquiera, es el organismo judicial competente debido a que varias empresas en más de una provincia y comunidad autónoma se han visto afectadas por esta trama. Además, los acusados cuentan con una ventaja: la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil está llevando a cabo las investigaciones. Es afortunado tener a la UCO realizando las investigaciones, ya que es la élite de la Policía Judicial en la Guardia Civil; cuenta con el personal, los recursos materiales y la preparación necesaria para llevar a cabo las diligencias.

El juez de la Audiencia Nacional sigue recopilando datos, ordenando diligencias de investigación, trabajando ardua y meticulosamente. Los presuntos culpables de la trama deben ser socialistas. ¿Quién otorgó a Koldo ese poder de convicción sobre ministros y presidentes de comunidades autónomas? ¿Quién le dio ese poder a José Luis Ábalos Meco? La incógnita de esta ecuación en el año 2024 debe situarse en lo más alto, en la cima, en la cúspide de la organización.

Cambiar de opinión no es mentir

Las afirmaciones de Pedro Sánchez Pérez–Castejón han sido una sucesión de mentiras. Perdón, “cambios de opinión”, incluso de personalidad, según palabras de Carmen Calvo: porque una persona es el candidato a presidente y otra es el presidente. Pedro nos habla en el idioma “Sanchista”, la versión moderna del viejo y desgastado socialismo: brilla por fuera, pero por dentro está vacío.

Sin embargo, ese lema “Salimos más fuertes” se ha cumplido. Cumplido porque Pedro habla para los suyos, para los que le son afines, comenzando por su esposa. ¿Quién se imagina a una mujer –como es habitual– sin un doctorado ni una carrera universitaria al frente de una cátedra? En esta cátedra desempeñaba funciones como “codirectora del título en dirección de captación de fondos para el tercer sector”, luego como codirectora del Máster en Transformación Social Competitiva y, por último, como directora de la Cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva. Si lo traducimos a términos comunes, la cátedra enseñaba a “hacerse con subvenciones de las administraciones públicas”. Curiosamente, esa fue su tarea en el llamado “África Center”, propiedad de la universidad privada “Instituto de Empresa” (IE).

El objetivo de este organismo era desarrollar proyectos en el continente africano y dar visibilidad a la innovación, el liderazgo ejecutivo, el emprendimiento y el desarrollo de proyectos de acción social en el continente. Solo le faltaba hablar de empoderamiento, resiliencia y el protagonismo de la mujer sobre el hombre. Quizás eso también estaba incluido en el plan.

“Salimos más fuertes” y salieron más fuertes ellos

Y, como decía el presidente del gobierno, “Salimos más fuertes”. Y sí, salieron más fuertes. Salieron ellos y los suyos. Esa campaña duró poco, a pesar del coste. Porque el verdadero costo, el más alto de todos, fueron las vidas y las secuelas en tantos españoles; porque nunca podremos ni debemos olvidar a aquellos que murieron en esos años trágicos; porque siempre tendremos presente a este maldito personaje, que se ríe de sus propios votantes y de aquellos que sufrimos los desplantes de terroristas, golpistas y delincuentes favorecidos por este gobierno infecto.

Ganaron ellos, por ahora. Pero cada vez falta menos para ajustar cuentas con estos cuentacuentos que nos decían que “Salimos más fuertes” en idioma de Su Sanchidad.

Si te comenzar a leer gratis la última publicación más larga hasta la fecha, puedes empezar aquí, en este enlace “Quinta estación, Infierno”.

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