“Héroes y cagalindes”, por Alonso Holguín F.J.

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Artículo de opinión en El Español

El mundo se enfrenta a una pandemia. Los ciudadanos de este planeta estamos asumiendo un reto tan difícil de afrontar, que nunca nos hubiéramos imaginado esos detalles en la vida cotidiana.

Tenemos la suerte de conocer a héroes de carne y hueso a nuestro alrededor. Sí, esas buenas gentes -héroes-, que no han dudado nunca ni dudarán, en poner su vida en riesgo para mantener o salvar la vida de otros. ¡Va por vosotros, queridos!

Clara, mi amiga Clara, es enfermera. Trabajaba en un hospital en el área de Oncología Infantil. Una mañana estalló una bomba en un tren. Desde ese día 11 de marzo de 2004, lleva alojado un elemento extraño cerca, muy cerca de sus cervicales. No, no se puede operar, ya que corre el riesgo de quedar tetrapléjica. En cambio, está trabajando día a día, jornada a jornada, en el centro de salud con los reconocimientos médicos a las más jóvenes criaturas de nuestra especie. Es mujer, esposa, madre, amiga, buena persona y la tranquilidad hecha persona.

Sofía es una joven médico. Cada día va a trabajar desde Cigales, provincia de Valladolid, a Palencia al servicio de Urgencias en un hospital. Se ha mudado de casa porque su madre está recibiendo tratamiento contra el cáncer. Al estar con las defensas por los suelos, tiene que tener un cuidado extremo ante cualquier infección. Esta joven apenas dormía por el estado de nervios. Su descanso es fundamental. Necesitamos toda su sabiduría, experiencia y atención en los cuidados del servicio. Día a día, noche a noche, en los variados turnos, se cala los elementos de protección para atender a enfermos.

Nines es esposa de un buen amigo. Trabaja en un hospital de Valladolid en el servicio de Enfermería. Atiende a las necesidades de los ingresos por cualquier patología. No se arruga ni da un paso al lado ni atrás. Las necesidades son atendidas con presteza, rapidez y seguridad. Lleva la tranquilidad y el sosiego por toda la planta y diferentes habitaciones. Chema y su hijo Marcos aguardan en casa cada día de esta cuarentena que acaba de comenzar. Ella llega cansada, agotada y luciendo una sonrisa para sus seres queridos con gran esfuerzo, tapando la angustia de conocer los casos más graves que están aconteciendo estos días en el hospital Clínico Universitario.

Manolo conduce un camión. Desde Andújar a Bilbao, Barcelona, La Coruña, Valencia, Huelva y resto de capitales o pueblos de España, forma parte de los profesionales que abastecen nuestras tiendas. A días me cuenta «hoy voy para allá»; otros «paso cerca de tu casa, pero no puedo parar a saludar, primo». Fue Guardia Civil Auxiliar allá por los últimos años 80. Se emociona cuando ve a una pareja de la benemérita, ¡cómo no! Disfrutamos de buenos ratos comentando algunas «batallitas» de los tiempos de Baeza.

Maribel trabaja en un supermercado. Pone, repone, levanta la persiana y abre la puerta para que el resto de ciudadanos podamos reponer comida y elementos de primera necesidad a nuestros hogares. Acostumbra a lucir una bonita sonrisa, seña de identidad de la buena gente. Amabilidad, comprensión, educación y un aguante muy «torero», ante algunos cabestros superados por la impaciencia. Es mujer, hija, esposa y madre.

Lola y Ander, Matías y Beto, José Antonio y Eugenio forman parte de Policía, Guardia Civil y Ejército de España. Cada mañana, tarde o noche, salen de casa para vestir uniforme y cuidar de todos nosotros, respecto de otros individuos con afán de saltarse la ley. Madre, padre, esposo llegan a casa agotados de aguantar la tensión vivida fuera del domicilio. Han de repartir cariños y comprensión a quienes están en el hogar. Tienen la templanza e imaginación para hacer del domicilio un mundo de posibilidades del entretenimiento en estos días de cuarentena.

Vitín, Maxi y David son conductores y héroes: coches y autobuses. Llevan de un lado a otro a personas por motivos de imprescindible necesidad. Buena conversación, ánimo y alegría para aliviar la tensión de todos los ciudadanos para afrontar estos duros momentos.

Dieter, de padre alemán y madre asturiana, nos comenta por la tarde con sencillez y claridad todo aquello que está aconteciendo en «este hermoso país llamado España». Gracias por estar ahí y aquí, en la radio.

En representación de todos los héroes, os aplaudo desde esta ventana. 

Y si callo, reviento.

Me acuerdo de las personas cobardes, rastreras, inhumanas, cuya pertenencia a nuestra especia es un hecho biológico, pese a plantear muy serias dudas de esto último. Pretenden diferenciarse del resto de españoles por ideología, siendo delincuentes condenados, en búsqueda y captura o cercanos a la comisión de delitos. 

Incluso algunos jalean al terrorismo. Mi religión y educación me obligan a no nombrar la identidad de algún bultuntún, cagalindes, mercachifle, zurumbático o ahijuna. Tarde o temprano la justicia humana o divina os llevará por delante para tranquilidad y seguridad de los españoles.

Fuente: El Español

De los héroes siempre nos acordaremos; de los cagalindes, hemos de enviarlos al averno y alejar de toda posibilidad de volver a llevar las riendas de nuestro país: son muy peligrosos.

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