Don Juanjo y servidor con el agua al cuello

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Una buena persona que conocí en Calpe

El verano del pasado año 2020 tuvimos la suerte de conocer a una gran persona. Un hombre bueno, cabal, con los pies en la tierra, alma dividida entre el mar en Calpe, Alicante, y Gaibiel, interior de Castellón. Si ajusto más el relato a la realidad, don Juanjo —que así se llama este hombre— y un servidor, departimos de muchas cuestiones con el agua al cuello: disfrutamos del baño en el mar Mediterráneo.

Siempre, desde que tengo conocimiento y recuerdo, me encantó oír a los veteranos. En Cigales, Valladolid, origen de gran parte de mi familia, los más mayores contaban historias en «El Cristo», a la entrada del pueblo. ¡Eso sí era un grupo de chat! Ahora, en estos tiempos tecnológicos, precisamos de un artefacto electrónico para casi todo: lista de la compra, «buenos días» o «buenas noches», recordatorio de los cumpleaños, fotografías de los seres más queridos y discutir de fútbol, música, cocina, motos o «lo que sea» con amigos. Amarrados al teléfono móvil, nunca el ser humano fue más esclavo.

Covid19

Desde nuestra despedida el verano pasado, siempre tuve la duda de cómo don Juanjo estaba afrontando la #Covid-19. Su esposa Nieves, gran mujer, educada, simpática, tan dulce con todos los niños, que es difícil reconocer si un niño es o no su nieto. La pandemia ha hecho estragos en todos los sectores, regiones, provincias y localidades. El bicho «hideputa» ni siente ni padece ni tiene en cuenta la bondad y maldad de las criaturas. Y mira que han sobrevivido de los últimos y se han ido muchos de los primeros. Se dice por mi tierra «bicho malo…».

Mi corazón dio un bote el primer día en la playa este año. Allí estaba don Juanjo, sin duda: camiseta blanca, inmaculada, radiante, ajustada, protectora de la piel frente a los rayos del sol y tocado con sombrero. Todo un caballero, un señor. Chapotea ligeramente con los brazos, mientras se mece en el agua tranquila de «la» mar. Los beneficios del agua están reconocidos desde tiempo inmemorial. De hecho, allí, en Calpe, hay un yacimiento arqueológico: «Baños de la Reina» construido por los romanos.

Don Juanjo

Nos llamamos por nuestro nombre de pila a una distancia prudencial con la mano fuera del agua para saludarnos por el encuentro. «Ahí está mi amigo», pensé de inmediato, «¡qué ilusión!». Su enorme sonrisa alegra cuerpo y alma de tantos y tantos recuerdos. La familia, padres, hermanos, hijos y nietos, todos bien por ambas partes, respectivamente. «Hemos tenido suerte», sin duda, «culpa también de la prevención, cuidados y seguridad que hemos observado». Así comienza el ratejo de conversación.

Actualidad

Según pasan los días compartimos opiniones sobre la actualidad. Da igual los temas; de política, poco, lo justo, a los dos nos tiene muy intrigados el presente y el futuro a corto plazo, «esto del socialcomunismo nunca da buen resultado para el conjunto de los ciudadanos», resumiendo; en deporte, nos ceñimos a las jornadas de nado en el mar, la evolución y habilidad de los zagales sobre las tablas de paddle surf con remo; de restaurantes, los nuevos abiertos en la zona y otros que vamos descubriendo, conforme pasamos temporadas de asueto.

Si algo puede sorprender de don Juanjo, es su memoria. No ya del recuerdo, que siempre conoce dónde realizó la construcción de un edificio en España —Calpe, Jaén, Marbella, Valencia…—, sino la capacidad de aprenderse un número de teléfono con su veteranía. A las dos jornadas de haber comentado cuál era la secuencia numérica del mío, se acordaba perfectamente sin necesidad de consultar papel, apunte o aparato. Querido lector, hagamos una pequeña prueba. ¿Se acuerda usted qué cenó hace tres noches? Es un mérito, sin duda.

Productos de España

Hemos intercambiado productos de nuestras tierras. Vino clarete «Torondos», de Bodega Cooperativa de Cigales, y aceite de oliva virgen extra, producto de unos olivares de su familia en Gaibiel, Castellón. Las dos producciones son singulares. De la uva se saca el zumo y se produce la fermentación para conseguir este excepcional vino. De la variedad de oliva «serrana espadán», una vez molida, se realiza la decantación para lograr aceite excepcional. Vino, aceite, amigos, ¿qué más se puede pedir?

Las horas de luz se acortan. Comienza el curso escolar. Volvemos a nuestros quehaceres diarios en los respectivos domicilios habituales de residencia. Nos llevamos la satisfacción de aprender uno de otro y otros. Sí, dentro de nuestras conversaciones en el agua, se acercaban otros amigos de don Juanjo residentes en diferentes puntos de España. Queda fuera de toda duda la inmensa simpatía que despierta Juanjo, don Juanjo, cuando es capaz de unir y aunar a diversas personas de origen, edad, formación y profesión.

Pronto

Echaré de menos las charlas de las 13.00 con el agua al cuello. Nos mantendremos en contacto telefónico de forma habitual hasta el año que viene; en el mismo lugar y a la misma hora, aproximadamente. Donde la vida nos lleve, que haya agua, al menos.

Publicado en El Español.

He publicado seis novelas hasta la fecha. La más reciente “Nadie es tu dueño”, disponible en Amazon.

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