“Ciclo de inteligencia”, de Alonso Holguín F.J.

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Artículo publicado en “El Español”

La información es poder. Es la definición perfecta. Las personas toman mejores decisiones, cuando conocen todos los aspectos que pudieran afectarles directamente. Ahora bien, ¿cómo es el ciclo de inteligencia?

La inteligencia es el producto de la labor de planificación, obtención, análisis y difusión del contenido determinado por la dirección. Se trata de un ciclo continuo y necesario. El órgano directivo planifica sus necesidades de información. Esos planes dependen de su frecuencia: anual o puntual, por ejemplo, según cada servicio.

La obtención comienza una vez determinada la planificación por el órgano directivo. Los agentes han de ir a buscar la información. Hay varias vías y posibilidades, más aún con el auge y avance de las nuevas tecnologías de la información. Hemos de reconocer a la “infantería” como medio básico en la recopilación de datos.

El producto obtenido se entrega a analistas para elaboración. Ellos, curtidos en la brega y experiencia de años y situaciones, chequean los resultados conforme a la primera directriz de necesidad. El producto en bruto se somete a una labor de valoración, donde separar “el grano de la paja”. Es fundamental analizar los detalles, de acuerdo a las necesidades, tanto actuales como pasadas, ya que puede haber algún tipo de interacción anterior ocasionando alguna variable inesperada. En resumen, después de todo este proceso, se obtiene la inteligencia. ¿Ha acabado el proceso? No.

El órgano directivo recibe el informe con la inteligencia recabada en todo el proceso. Su última decisión es la difusión a los responsables de la toma de las decisiones para elegir las mejores opciones, si son diferentes al órgano directivo del servicio. Por ejemplo: el servicio recibe una petición de un ministerio y envía el producto a ellos, así como a otros que pudieran haber aparecidos conectados tras el ciclo.

Este pequeño resumen nos lleva a analizar el momento actual de este hermoso país llamado España, sin ser demasiado exhaustivo o intentarlo, al menos.

Si alguien piensa que el gobierno no disponía de información, datos e inteligencia —como definición del proceso arriba citado— para tomar decisiones correctas, está muy equivocado. La información del avance del “bicho” en China se publicó en forma de alerta el 31 de diciembre. Es más, el mando del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, afirmó el día 1 de febrero:

En España no se van a dar muchos casos, puede haber transmisiones locales, pero será limitada y controlada. España tiene que trabajar en todos los escenarios posibles como en el año 2009 con la Gripe A. El coronavirus se transmite poco entre personas.

Un mes después de la alerta en China, ¿aún estábamos así? No se sorprendan, no, este señor sigue con mando en esa jefatura.

Convendrá recordar a más personas con mayor nivel de información y acceso a un nivel muy superior de “inteligencia”. La señora Carmen Calvo Poyato, vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, afirmó el día 7 de marzo, víspera de las manifestaciones por el Día de la Mujer, sobre la conveniencia de asistir o no a esas concentraciones:

Le diría que le va la vida, que le va su vida. Que le va seguir tomando decisiones para proteger su seguridad.

Ese día 8 de marzo se produjeron cerca de 600 nuevos casos positivos; seis días después, 3.500 en total. Ahora bien, siendo vicepresidenta y “triministra”, ¿no tenía ningún dato objetivo que indicara cómo se iba a propagar la pandemia?

El ministro Pedro Duque afirmó el día 21 de marzo sobre datos del día 2 de febrero:

Los investigadores españoles empezaron a trabajar de forma intensa desde que ese conoció esta enfermedad, en el mes de enero… liberamos medios e iniciamos cambios legales para reducir plazos, que culminaron en el Real Decreto de Estado de Alarma —decretado el 14 de marzo— donde hemos puesto todas las medidas en funcionamiento.

Mientras aconsejaban mantener una cuarentena en casos de convivir o contacto cercano con un “positivo”, otros hacían caso omiso a esa precaución. El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, cuya pareja y ministra de Igualdad, Irene Montero, positiva en COVID-19, rompió esa medida para dos cuestiones inútiles: acudir a un consejo y rueda de prensa.

Esta situación catastrófica tiene un claro culpable: el Gobierno de España. La dirección de todo ese enjambre es responsabilidad de Pedro Sánchez Pablo Iglesias. Su coalición, apoyándose en quienes desean la destrucción de España, está llevando a nuestro sistema sanitario y económico al caos.

Teniendo todas las herramientas del ciclo de inteligencia a su disposición, sus decisiones han sido erróneas. Han puesto su ideología delante de la salud.

El presidente del Gobierno ha anunciado el sábado 21 de marzo:

Lo peor está por llegar.

La justicia, humana o divina, deberá ajustar cuentas con ustedes, el peor gobierno de España en la historia.

Fuente: El Español

Las decisiones del peor gobierno en el peor momento con toda la inteligencia disponible…

Ciclo de Inteligencia

Número ciego” es mi cuarta novela publicada, hasta la fecha.

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