Cartelitos de inseguridad

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Plantarán cartelitos de inseguridad en nuestros pueblos

Alejados de los líos de la política nacional, los pueblos son la base de nuestro hermoso país llamado España. En esos lugares residen gentes cercanas, cariñosas, quienes no dudan en dar lo mejor de sí a los recién llegados. No ha mucho, se ha tildado como «España vaciada» a estos maravillosos entornos. ¿Cuál es su principal problema? Como en la mayoría, la seguridad.

Reestructuración

Hace años se acometió una importante reestructuración en la Guardia Civil. Se cerraron Casas-Cuarteles en pueblos para –entre otros propósitos– concentrar material y personal en centros con mayor efectividad y operativos. El cierre provocó una cierta sensación de inseguridad en las poblaciones, ya que la sola presencia de agentes –incluidos cuartelillo y bandera–, ahuyentaban algunas tentaciones aviesas de presuntos delincuentes.

El avance del tiempo e incremento de hechos delictivos llenó de realidad la ausencia de los guardias civiles. Aumentaron y alejaron servicios dependiendo de la zona, otros se volvieron más impersonales. «Antes conocíamos a todos los muchachos», según un amable ciudadano. La despoblación de los pueblos se cebó también con el aumento de la inseguridad. Tal falta de personal en provincias que, sin mencionar una de ellas, se llega a tener tres patrullas en servicio nocturno en toda la demarcación para todo su «territorio». Incluso han de acudir agentes en servicio en la provincia limítrofe para efectuar detenciones de presuntos delincuentes.

Rojos y azules, azules y rojos

El gobierno de España –rojos y azules, azules y rojos– avanza en la seguridad de los españoles. De casi todos. Muy afectos a delincuentes –varios–, a terroristas –muchos–, a separatistas en cualquier grado –todos–. Tanto «cariño» con esas gentes periféricas que, los diferentes gobiernos han cedido alma, acuerdos y nuestros dineros, para el voto a favor según conveniencia ajena. Recuerden que tanto «peneuvistas», como «convergentes» –¡qué nombre tan raro para quienes pretenden separarse!–, han recibido pastizales, transferencias y buenos tratos –incluidos a nivel de la administración de justicia (recuerden el caso Pujol)– a lo largo de la historia de la democracia reciente.

Esos gobiernos se fijan en la seguridad… del tráfico. Los accidentes de circulación, perdón, la prevención de accidentes de circulación por carretera, asumen un pastizal importante del presupuesto. Para evitar colisiones, nada mejor que aumentar los sistemas de control de velocidad. Radares fijos, móviles, helicópteros y «drones», recientemente. Esas noticias, avances tecnológicos, llegan a los ciudadanos en los pueblos a través de los noticiarios televisivos.

Inteligencia Artificial

Este verano ha sido un verano raro. Las innovaciones en tecnología avanzan «que es una barbaridad», según el clásico. Inteligencia Artificial nos acecha como avance, más cerca de aquellas películas de «Terminator», por ejemplo. Nos rodean viles males para grandes putadas, generadas por el ingenio –chusco– de los políticos. Ahora, las brillantes mentes –no vale reírse– del ministerio del Interior van a llenar de fotografías –elaboradas con Inteligencia Artificial (¡qué tiempos aquellos de fotografía de toda la vida!)– en los pueblos donde hay ausencia de guardias civiles. Acojonados quedarán los presuntos delincuentes a la hora de llegar a una localidad y observar la foto del guardia –o «la Guardia» (como se llamaba en antiguo a la Guardia Civil)–, en lugar de percibir la luz azul del puente de un coche patrulla. Huirán con prontitud al observar la mirada penetrante de los agentes desde el cartel pegado en un soporte, tanto y más que la imagen del cartel acartonado de un político, instalado en una pared –que no han limpiado­– de la penúltima campaña electoral.

Vigilancia y protección

¿Para qué narices compran «drones» e instalan radares en las carreteras, existiendo la posibilidad de pegar cartelitos en vallas publicitarias? En los pueblos, en las localidades tan entrañables de nuestra España, necesitamos coches patrulla, agentes efectuando servicio de vigilancia y protección –añorados «servicios de correrías»–, antes que pegatinas y carteles elaborados con Inteligencia Artificial, pergeñados por estúpidos de la especie –al parecer– humana.

Publicado en Libertad Digital.

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